¿Qué se podía comprar en San Luis con $1 mil en 2019 y qué ahora?
La escalada inflacionaria hizo que de la visita al supermercado o almacén se vuelva con mucho menos productos y alimentos. A lo largo de ese periodo los precios llegaron hasta triplicarse.
Un ejercicio práctico para observar cómo la inflación y la devaluación impacta en la vida de los argentinos y sanluiseños es analizar el poder de compra del billete de mayor denominación en el país: el de $1 mil.
El primer dato que se desprende es la grave depreciación que presenta la moneda nacional. Esto se ve reflejado en una comparación del valor que tenía en diciembre del 2019 y el de la actualidad.
La cantidad de productos y alimentos que una familia podía acceder se vio reducida drásticamente. Cuando se lograba adquirir unos ocho o nueve ítems, ahora solo alcanza para dos.
Los últimos reportes de la inflación marcan la clara tendencia alcista. La dirección provincial de Estadísticas y Censo informó en su reciente informe que fue del 63,2% en la medida interanual y un 4,3% en junio.
Un primer ejemplo que ayuda a comprender el panorama es que antes se podía comprar con $1 mil un kilo de pan francés ($80,42), uno de asado ($326,70), uno de molida común ($218,60), un litro de aceite de girasol ($97,64), uno de leche entera ($74,10), una docena de huevos ($79,34), medio kilo de yerba ($101,61) y un sobre de jugo en polvo ($15,23).
En total el gasto era de $993,64.
En la actualidad el monto solo alcanza para un kilo de molida común ($852,57) y uno de azúcar ($146.26). Nada más. Todo es $998,83.
Un segundo escenario que se puede tomar es poner el acento en las carnes: hace casi tres años se podía acceder a un kilo de asado ($326,70), a uno de puchero especial ($197,20), uno de molida común ($218,60) y dos kilos de pollo ($114,20).
En la actualidad no alcanza para un kilo de asado que se ubica en $1184,68. Se puede comprar un kilo de molida común ($852,57) o uno de puchero especial ($759,47).
Estos valores son los publicados por la misma dependencia gubernamental que traza un promedio entre los productos. Mes a mes se van actualizando a través de las encuestas que realiza.
Con tan solo ver el precio de los productos en las góndolas se comprueba que el dinero tiene cada vez menor valor y que las bolsas de las compras son cada vez más chicas.
Lo cierto es que desde que se lanzó hace más de cuatro años, el 1° de diciembre del 2017, el billete de $1 mil perdió 1810 % de su valor. En ese momento, con un dólar a $18,05, el billete equivalía a U$D 55,40.
Hoy con la divisa estadounidense a $338 solo alcanza para U$D 2,9.
Economistas coinciden en que, si el Banco Central no se lanza a la calle con un billete de mayor valor, quedará "peligrosamente chico" para afrontar los gastos diarios de los argentinos.